Carlos Cáceres, padre del deporte peruano y de la «U»

Domingo 1 de noviembre 2020 - 19:20 Hrs.     8301

Un día como hoy de 1898 nació, en la ciudad de París, el Dr. Carlos Cáceres Álvarez, personaje clave en el nacimiento e historia del Club Universitario de Deportes.

Carlos, hijo único del matrimonio entre la dama cubana Mercedes Álvarez Muro y del reconocido barítono peruano Carlos Cáceres Rivero, fue educado entre Suiza y Francia, hablaba con fluidez el inglés y el francés. Cáceres obtendría de adolescente la nacionalidad peruana por derecho, tras serle inculcado el cariño por el Perú por su padre. Desde muchacho demostraría ser emprendedor y disciplinado.

Al llegar al Perú, tras haber completado estudios en la Academia Militar de los Estados Unidos (USMA) y en la Escuela Naval (USNA) y haberse graduado en las escuelas de Fisioterapia de New Haven, de Educación Física en Savage School y en el Instituto Sueco de Gimnasia de Nueva York, aspiraba a la aplicación de sus modernos conocimientos en alguna institución interesada en implantar la educación física científica.

Su ímpetu y vitalidad le abrirán las puertas de una de las más prestigiosas casas de estudio, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En la “Decana de América” sembraría el joven Cáceres las semillas de una futura misión deportiva basada en la confraternidad, solidaridad e integración.

Su labor y misión estuvo impregnada de pasión y altruismo con metas para el desarrollo popular. La educación física científica, aplicada en San Marcos, se convertiría en una legítima reforma universitaria, convirtiendo al deporte en una importante herramienta de progreso en la integración entre el pueblo obrero y los “Ues” de la universidad. Su trabajo giraba en torno a cultivar, sembrar, aconsejar, imponer disciplina, y sobre todo inculcar el respeto a la Educación Física y Educación Moral como complemento idóneo a la educación intelectual que recibían los estudiantes.

Su obra, el histórico Gimnasio Universitario, labrado y cultivado por varios años de esfuerzos mancomunados, llegaría a ser inaugurado en septiembre de 1924, convirtiéndose, no solamente, en un punto de encuentro de universitarios interesados en el atletismo o gimnasia, sino también en una segunda casa en donde se inspiraba e inculcaba el apotegma “Mente sana en cuerpo sano”.

El otrora lema sanmarquino “Honor al esfuerzo” y el respeto a los colores de la Federación Universitaria de Deportes, camiseta blanca e insignia “U” en el pecho, color sangre, la cual portaban orgullosos los primeros “Ues”, formaban parte de un ritual ya creado en aquel Gimnasio Universitario, alma mater de Universitario de Deportes y de la educación física científica del Perú.

La labor del Dr. Cáceres Álvarez continuaría con la decisión de emprender la difícil tarea de dar vida a la Dirección de Educación Física y Sanidad Escolar a nivel gubernamental y a la Escuela Nacional de Educación Física. Sus esfuerzos se verían recompensados el 8 de octubre de 1932, día de la Educación Física y el Deporte en el Perú. Fecha gloriosa para todo peruano al conmemorarse el día de la Marina de Guerra del Perú y al heroísmo del Contraalmirante Miguel Grau, al mando del monitor Huáscar en el histórico Combate de Angamos.

En el año 1936, tras una trascendente e inolvidable estadía en Suecia, país que admiraba por haber logrado enraizar la gimnasia y la educación moral en la sociedad, se convertiría en uno de los representantes oficiales del Comité Olímpico Peruano en las Olimpiadas de Berlín. El Dr. Cáceres fue testigo fiel de los goles, del ídolo máximo del fútbol peruano “Lolo” Fernández, ante Finlandia y Austria. Luego, y ante los conocidos e injustos hechos que sucedieron en ese momento, sería él mismo el encargado de organizar los pormenores para el recibimiento de la delegación peruana en París, tras su retiro de las competencias en Berlín. Días después emprendieron el largo retorno al Callao, a la patria, en donde serían recibidos como héroes.

El Dr. Cáceres continuaría apasionadamente con su tarea de maestro y director. Años atrás había incorporado en sus programas gimnásticos Danzas folclóricas, representativas del Perú, para fomentar el amor a la patria a través de la Educación física y el Deporte. Colaboraría a organizar la primera olimpiada universitaria en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1936, lograría ganarse el respeto del Gobierno del General Benavides tras organizar la primera demostración gimnástica escolar en el Perú en 1938. En esa tarde se congregarían más de 40000 almas juveniles en el antiguo Estadio Nacional.

1939 sería un año especial. El Perú conseguiría, de la mano del cañonero “Lolo” Fernández, su primera Copa América. Universitario de Deportes lograría su tercer campeonato oficial y el Dr. Cáceres Álvarez sería condecorado por el Rey de Suecia, por su abnegada labor en difundir y establecer la gimnasia sueca y la Educación física en el Perú, con la honorable Orden de Vasa. La Academia Americana de Educación física lo enaltecería con un diploma y nombrándolo miembro honorario de tan distinguida institución. Continuaría sus últimos años trabajando ad-honorem para el Hospital del Niño, manteniendo su consultorio privado en el centro de Lima, al cual nunca le cerró las puertas a familias de escasos recursos económicos. Culminaría sus años laborando en la Clínica Angloamericana.

Su súbita muerte el 5 de julio de 1951, acaecería en casa de su alumno y luego colega, primer presidente histórico del Club Universitario de Deportes, Sr. José Rubio Rolando, anfitrión, en un almuerzo de camarería, en honor a los más altos representantes de la Federación Internacional de Educación Fisica (Federation Internationale Gimnastique Ling) de visita en Lima y que solo dos días antes habían honrado al gran maestro con la condecoración Gran Titre Honorifique.

En el almuerzo se encontraban el mismo presidente de la Federación Internacional, el sueco Mayor Josef Thulin y el embajador de Suecia en Lima. Allí presentes también, en el salón, rodeando el cuerpo inerte, del siempre apasionado y emotivo maestro, se encontraban desolados, en triste silencio, colegas de varias luchas en el otrora Comité Nacional del Deporte,  como el Sr. Eduardo Dibós Dammert, a quien representó en las Olimpiadas de Berlín 1936 y que en el momento del triste desenlace era Alcalde de Lima, y de su amigo de siempre, Sr. Miguel Dasso, quien consideraba al maestro Cáceres Álvarez como un “líder obrero”.  La partida de distinguido y querido Dr. Carlos Cáceres despertaría consternación entre los dirigentes del deporte, profesorado y alumnado de la escuela por él fundada y dirigida ad honorem.

La encomiable labor del Dr. Carlos Cáceres Álvarez traspasaría las fronteras del Perú. Sería reconocido en Estados Unidos y en Europa. Lamentablemente nunca llegó a ser homenajeado en vida por su propio gobierno. El Padre de la Educación Física Científica en el Perú sería honrado, un par de meses después, con un Decreto Supremo por parte del Ministerio de Educación Publica: “Que es deber del Estado perpetuar el nombre de los maestros que se distinguieron en el proceso cultural del país, por su contribución patriótica y su labor fervorosa en bien de la Educación Nacional; se resuelve, designar con el nombre de “Carlos Cáceres Álvarez” al actual Instituto Nacional de Educación física”.

Su tenacidad y obra conllevaría a darle a la nueva carrera profesional de Educación física el lugar que le correspondía en el mundo académico. Profesión crucial que lleva en sus hombros el desarrollo físico, cívico y moral de la niñez y juventud peruana.

¡Un abrazo al cielo, Dr. Cáceres!

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* El autor de esta nota es Alékxander JJ Cassis Ramírez-Gastón, investigador peruano de la historia del Club Universitario de Deportes.

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